miércoles, 15 de octubre de 2014

‘XÉRÈS ENS ROBA’ INCENDIA LA CAMPIÑA JEREZANA


‘Xérès ens roba’ [Jerez nos roba] es la proclama que ha corrido como la pólvora por la campiña jerezana en las últimas semanas. Lo que comenzó como una broma de amigos tomando unas cervezas ha derivado en una catalanización de los tradicionales agravios y reivindicaciones que el Jerez rural esgrime desde siempre hacia el Ayuntamiento matriz. “Pues sí… así fue, estábamos un día tomando algo en un bar de la plaza Artesanía, no recuerdo bien si en la de Guadalcacín, en la de La Barca, Torrecera u otro pueblo… sí, ya está, en la de San Isidro… no espera, fue en la de Nueva Jarilla, seguro, en la de Nueva Jarilla, donde vive Pepe, perdón, el Pep, cuando uno del grupo dijo que habría que protestar como los catalanes, que fíjate la que han liado y están todo el día en la tele. De ahí, claro, del famoso ‘Espanya ens roba’, cogimos el ‘Xérès ens roba’ que da cobertura a toda la campaña”, afirma Pere Palau Vilanova, el flamante portavoz de la autoproclamada Asamblea Nativa de la Campiña (ANC). Pere se hace llamar Pere desde que comenzaron las movilizaciones de ‘Xérès ens Roba’, porque él, venir al mundo vino como Pedro Palacio Villanueva.

Pere y el resto de amigos disconformes con la escasez de servicios del Ayuntamiento de Jerez en las localidades de la campiña decidieron colgar de las terrazas y balcones de sus casas la bandera ‘cuatribarrada’ de Cataluña con el lema ‘Xérès ens roba’. La iniciativa fue seguida cada vez por más vecinos –con distintas concentraciones en las plazas Artesanía– y todo derivó en un proceso de inmersión en el catalanismo que sigue en auge. “Es que al principio ni siquiera sabíamos muy bien cómo se pone Jerez en catalán, así que decidimos coger la acepción francesa, Xérès, que debe ser muy parecida y que además es muy reconocible para todo el mundo por lo de Jerez-Xérès-Sherry”, dice el señor Palau mientras da buena cuenta de una butifarra que empuja con vino del Penedés en una terraza de la plaza Artesanía de Guadalcacín, acompañado de su mujer, Carme Prat Rius, Carmen Prado Ríos todavía en el DNI.

Tras la constitución formal de la ANC, que como se ve no ha disimulado en coger las siglas de la Asamblea Nacional de Cataluña, todo ha sido un paso tras otro en un proceso de inmersión catalana sin precedentes siquiera en la propia comunidad autónoma, la parte visible de un movimiento que desborda todas las iniciativas políticas propias que ha habido durante años en la zona rural y que aboga abiertamente por independizarse de Jerez en las próximas municipales con la campaña ‘Xérès ens Roba’ como punta de lanza, pero no como única actuación. Por ejemplo, son varios los cientos de habitantes de la zona que se han apuntado a cursos de catalán, que están siendo la gran sensación del otoño en la campiña. Los cursos, que se han conseguido de una partida de fondos FEDER y cuentan con apoyo de la Generalitat, están siendo impartidos por jóvenes desempleados catalano-andaluces, que han vuelto a la tierra de sus padres y abuelos encantados de apenas tener que hablar español salvo para tomar unas ‘cervesas’ cuando les da por ir al centro de Jerez, palabra catalana que han notado que todo el mundo entiende perfectamente porque, aunque en Jerez se utilice más ‘ervehita’, al fin y al cabo ‘cervesa’ tiene la misma fonética que se utiliza en media Andalucía.

Pero hay mucho más. Ya en la pasada Feria de Guadalcacín sonó más rumba catalana de la habitual y alguien dijo que creyó oír un par de sardanas al cierre de las casetas, algo lógicamente imposible de verificar entre los vapores etílicos, los cánticos regionales y los habituales asertos tipo “tú ere er mehón,  pisha”, “no, er mehón ere tú” que se intercambian los últimos feriantes antes de ir a casa o a por el turrón. Ahora, con el comienzo de la temporada de mostos, la ANC ha comenzado a presionar para que los propietarios sustituyan el tradicional ajo campero y la berza por la escalibada y la escudella. Eso por no hablar de la recogida de firmas actualmente en marcha para que Estella del Marqués pase a llamarse Estelada del Marqués, o La Barca El Vaixell, por no hablar del poblat Josep Antoni.
La campaña está siendo un éxito tal que varias televisiones catalanas se han acercado por la campiña jerezana para conocer de cerca la progresión de ‘Xérès ens roba’. Telempordà, Llobregat TV e incluso la francesa pero catalanoparlante OnaPerpignan se han acercado por la zona rural de Jerez para constatar un fenómeno inusitado.

Ahora, eso sí, no todo está siendo exitoso. ‘Xérès ens roba’ se ha topado… con el fútbol. Para usarlo como agravio, sin problemas, pero como realidad social el fútbol ha sido otra cosa. Nos lo cuenta el propio Palau: “A más a más… perdón, es que ya se me cruzan los giros catalanes… quiero decir, el fútbol es uno más de los temas que hay sobre la mesa. ¿Cuál es ahora el principal equipo de Jerez? El Guadalcacín. ¿A quién le dedica la portada el Diario de Jerez los fines de semana? Al Xerez viejo, al Xerez nuevo, al Xerez nasciturus… equipos que están en divisiones inferiores al Guadalcacín, pero nada, imposible tener una portada”, dice Palau, para reconocer a continuación que el fútbol es el único ‘pero’ hasta ahora de la inmersión al catalán. “Es verdad. La gente sigue siendo del Real Madrid. Hemos intentado una conversión en masa al Barcelona, pero no, nada, del Barsa sólo se ha hecho uno, y otros dos ahora son periquitos. Y ya. También es normal, el Real Madrid tira mucho, al fin y al cabo sólo juega a 620 kilómetros de aquí… Lo que sí hemos conseguido es cerrar varios hermanamientos con las peñas madridistas de Hospitalet, Sabadell y Badalona, algo es algo”, concluye Palau, mientras le pregunta al camarero que qué cava tiene hoy por copas, asiente complacido, y pide una para él, otra para Carme y otra para este humilde cronista y brinda por el futuro de ‘Xérès ens roba’.

Sr. Miércoles.

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