viernes, 10 de octubre de 2014

UN HOMBRE DE CIENCIA


El premio Nobel de Física ha estado a punto de caer en manos de un jerezano. Jerezano de pura cepa, porque nació en la calle Empedrada, donde ya hacía sus primeros pinitos jugando al Quimicefa. Ahora vive en La Plata, está en paro desde que lo echaron de Cartonajes Tempul y se entretiene inventando cosas raras y jugando al dominó.


Pero si no se ha llevado esta vez el premio ha sido por despiste. Había inventado hace tiempo una bombilla de bajo consumo igualita que las que han servido para ganarlo a los científicos japoneses que se han llevado el Nobel este año. Sólo que por su mala cabeza, como ese día había quedado para echar la partida, se olvidó de patentar el invento y le pisaron la idea.

Aquí no queda la cosa. Benito Palazuelos podría ser una eminencia, ya que hizo experimentos con células madre mucho antes de que se hablara de ellas. Eso fue un mes de agosto cuando todavía se podían permitir veranear en el camping de Valdelagrana y se aburría por las tardes. Pero es que otra vez, viendo un partido del Soberano, se le ocurrió la teoría del Big Bang, y no la publicó ni nada porque se fueron al Canalejas a celebrar la victoria de su equipo.

Su mujer, que mientras atiende a los medios, nos fríe unos pimientos, cuenta:
-Este hombre es la mar de apañado. En casa me lo arregla todo. Lo mismo te inventa un coche que anda con mosto de la Cooperativa que te llega con que ha descubierto el genoma humano. Pero lo llaman los amigos y luego ni se acuerda.

Petronila nos insiste en que si Benito se diera más a valer, no tendría que estar cobrando el paro, pero que se pasa todo el santo día del bar Mati al Pare y Beba, y que así “no hay forma de que este hombre me traiga un Nobel a casa.”

Aunque Benito no quiere ni hablar de eso:
-¿Usted se imagina el trastorno que me supone a mí ir a Estocolmo? ¿Esos días quién le iba a dar de comer a los pájaros? Y además, ¿qué me voy a poner, si el traje que llevé a la boda de la niña se me ha quedado estrecho?

Todo esto lo dice mientras echa alpiste a los canarios.

-¿Ve usted el amarillo? A ese lo cloné yo con cinta aislante, unas pinzas de depilar y una fiambrera. Pero el otro cantaba mejor.

Sr. Viernes.

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