miércoles, 8 de octubre de 2014

EL GOBIERNO LOCAL SE ARROJA TONELES DE VINO FINO A LA CABEZA EN FAVOR DE LA ELA


Hartos de sufrir desde Guadalcacín las acusaciones que aseguran que la ELA (Entidad Local Autónoma, término que sustituye a la antigua “pedanía”, palabra malsonante y de peor olor) tiene cada vez menos y peores servicios, el gobierno local en pleno ha decidido demostrar su compromiso con esta población arrojándose sendos toneles de vino fino por la cabeza, continuando de esta forma con la corriente solidaria que iniciara Mark Zuckerberg y que tanto seguimiento ha obtenido en el mundo pero dándole un enfoque más local. De esta forma, y aprovechando la oportunidad de promocionar a su vez Las Fiestas de la Vendimia, los concejales jerezanos cumplieron su palabra la noche de ayer en el templete de la Alameda Vieja durante la Fiesta Gastronómica (porque ya sabemos lo cumplidores que son con la ciudadanía) frente a una multitud entusiasta que jaleaba la proeza. Todos los miembros del consistorio terminaron empapados de nuestro vino más representativo entre risas flojas excepto el concejal Antonio Montero que engulló la totalidad del contenido del tonel sin que le salpicara la más mínima gota. Se repitió dos veces más la ceremonia con el orondo concejal de Cultura y Fiestas con idéntico resultado. Cuando ya no hubo forma de que el acto pudiera llegar a buen término dado el estado deplorable que presentaba el concejal que quedó semiinconsciente rezongando por el suelo, se procedió a su retirada a pulso a cargo de la cuadrilla del paso del Pegaso que fue llamada de urgencia para tal fin.
En el alboroto que siguió al evento la alcaldesa llegó a perder el bastón de mando de la ciudad (una forma simbólica de representar la falta de control de García Pelayo), que fue localizado más tarde en manos de un indigente que se ayudaba de él para abrir los contenedores cercanos y revolver en su contenido. Tras un violento forcejeo entre este individuo y los concejales, el bastón fue reintegrado a su legítima propietaria. En esta jornada se vivieron además otros momentos de tensión, cuando un ex empleado municipal despedido por el polémico ERE, aprovechando las circunstancias, intentó infructuosamente quemar a lo bonzo a los empapados representantes populares acercándoles un mechero Bic encendido. Afortunadamente fue descubierto a tiempo por miembros de la Policía Local que custodiaban a los ediles disfrazados de señoritas Tío Pepe y terminó siendo reducido por los agentes, con lo que el número total de despedidos por ese expediente regulador arroja un nuevo saldo: 259,5 empleados municipales en vez de los 260 anteriores.
Preguntados los concejales supervivientes por si contemplaban además alguna medida económica en favor de la población guadalcacileña, prorrumpieron en sonoras carcajadas y pedorretas, se desconoce si producto del remojón etílico o como forma de declinar la propuesta.
Sr. Lunes.

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