Jerez es una ciudad particular donde sus habitantes gustan de recordar el pasado con nostalgia aunque fuese claramente peor. Esta afirmación queda demostrada con la existencia de grupos en Facebook que se dedican a recordar “cosas jerezanas que se han perdido con el tiempo”. Y es qué ¿quienes somos nosotros para juzgar si son mejores las salas de cine de Área Sur o la del Cine Delicias? La gente prefiere lo antiguo: “si es antiguo, es mejor”. Al menos eso se desprende de la decisión tomada por la empresa NADA S.A. , cuyo gerente J.P. está ultimando la reapertura de la famosa (y antigua) discoteca “Coppola”, donde miles de jerezanos dieron sus primeros pasos nocturnos.
En palabras de Javier P. ” Nosotros queremos que la gente cuando vaya a Coppola se sienta igual que en el año 90, que suene SNAP! Boys, Boys Boys , que no puedan entrar con calcetines blancos, que ellas vayan con hombreras y cardados que desafíen la ley de la gravedad, y ellos con 501 coquineros y las J’hayber Galatea. Esa mierda es la que quiere la gente. Si es antiguo, es mejor. Un sistema.”
Tras un sondeo entre la población joven y no tan joven, podemos afirmar que esta discoteca, de mítico nombre en la memoria de nuestros lectores, tendrá una acogida extraordinaria. Los “talluditos” que se concentran las noches de fin de semana entre el Tabanco El Pasaje o el Tabanco Plateros, arden en deseos por bailar los ritmos de Technotronic, Pet Shop Boys o Sinitta. Tipos con más pelo en el pecho que en la cabeza se mueren por preguntarle a las chicas “¿quieres rollo?”, o en la versión más cobarde, por mandar a un amigo a que le pregunte. Pero sobre todo, la gente se muere por pagar los cubatas de tubo a 2,50 € y que dentro no haya veneno.
En Jerez Crack nos quedamos con esta última reflexión, amigos, y es que si ya es duro tener resaca cuando se rondan los cuarenta, es mucho más duro cuando pagas mil pesetas y te dan un veneno que no darías a tu peor enemigo. Sirvan con cuidado amigos hosteleros, desde aquí les observamos.
Sr. Martes.
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