Durante este fin de semana hemos asistido estupefactos a violentas escenas de batallas sucedidas en el mismo corazón de nuestra ciudad, el emblemático negocio de restauración La Vega. Desde el lanzamiento de sillas hasta las patadas voladoras se han dado lugar en la terraza y en el interior de la cafetería por parte de los dos bandos enfrentados: por un lado, la policía (cuerpo de anti disturbios) y los propietarios del local, y por otro una enfurecida turba de octogenarios clientes que se negaban a abandonar el lugar.
Todo comenzó a principios de la pasada semana, cuando la hija menor del propietario tropezó en el interior del local y fue a dar con la palma de sus manos al suelo. Tras arduos esfuerzos y la intervención de los bomberos se consiguió despegar a la chiquilla de la mierda, pringosa y pura, que se extiende de una esquina a otra del bar. "Cuando compramos La Vega, prometimos que nos quedaríamos con el personal y que no cambiaríamos nada. Por eso hemos dejado que el suelo siga tal y como lo encontramos, con cafés derramados de cuando Saimaza tenía delegación en Jerez y mugre de churros de hace 25 años. Pero ya no es posible trabajar con seguridad aquí, hay que limpiar" Y con esa idea, la de limpiar un establecimiento que llevaba intacto desde su apertura, se levantaron el viernes pasado.
La sorpresa llegó cuando, al comenzar a pedir a los clientes que desalojaran las instalaciones, explicándoles los motivos, los habituales del bar les recibieron con evasivas y algunos gritos de los mas enervados. Pronto, toda la clientela empezó a abuchear y a golpear los vasos de café con las cucharillas. No faltaron quienes se subieron a las mesas y amenazaron con bastones y talonarios de recetas médicas a los camareros. "Ya nos quitasteis el ambulatorio y de aquí no nos sacáis ni con agua hirviendo" Declaró uno de los rebeldes. En pocas horas el hashtag#NOSINLAVEGA era trending topic municipal.
Esta situación se ha mantenido durante dos días seguidos hasta que su líder, Aurelio Heraldo ha accedido a reunirse con los representantes de la autoridad, llegando en esta madrugada a un acuerdo para el desalojo pacífico de la cafetería. Cabe destacar la labor mediadora de Ángeles, la cajera primigenia de Simago, que prometió colar en las cajas a los octogenarios rebeldes.
Se espera que mañana la alcaldesa pose junto al negocio jerezano.
Sr. Martes.
Todo comenzó a principios de la pasada semana, cuando la hija menor del propietario tropezó en el interior del local y fue a dar con la palma de sus manos al suelo. Tras arduos esfuerzos y la intervención de los bomberos se consiguió despegar a la chiquilla de la mierda, pringosa y pura, que se extiende de una esquina a otra del bar. "Cuando compramos La Vega, prometimos que nos quedaríamos con el personal y que no cambiaríamos nada. Por eso hemos dejado que el suelo siga tal y como lo encontramos, con cafés derramados de cuando Saimaza tenía delegación en Jerez y mugre de churros de hace 25 años. Pero ya no es posible trabajar con seguridad aquí, hay que limpiar" Y con esa idea, la de limpiar un establecimiento que llevaba intacto desde su apertura, se levantaron el viernes pasado.
La sorpresa llegó cuando, al comenzar a pedir a los clientes que desalojaran las instalaciones, explicándoles los motivos, los habituales del bar les recibieron con evasivas y algunos gritos de los mas enervados. Pronto, toda la clientela empezó a abuchear y a golpear los vasos de café con las cucharillas. No faltaron quienes se subieron a las mesas y amenazaron con bastones y talonarios de recetas médicas a los camareros. "Ya nos quitasteis el ambulatorio y de aquí no nos sacáis ni con agua hirviendo" Declaró uno de los rebeldes. En pocas horas el hashtag#NOSINLAVEGA era trending topic municipal.
Esta situación se ha mantenido durante dos días seguidos hasta que su líder, Aurelio Heraldo ha accedido a reunirse con los representantes de la autoridad, llegando en esta madrugada a un acuerdo para el desalojo pacífico de la cafetería. Cabe destacar la labor mediadora de Ángeles, la cajera primigenia de Simago, que prometió colar en las cajas a los octogenarios rebeldes.
Se espera que mañana la alcaldesa pose junto al negocio jerezano.
Sr. Martes.
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