martes, 13 de enero de 2015

MOROS GO HOME



Pues si conciudadanos, una vez más hemos hecho el ridículo en la televisión nacional. Parece ser que no nos bastó con vanagloriarnos de ser el anuncio que cortó las campanadas en Canal Sur. Teníamos que llegar más lejos, lo necesitábamos.

La historia comienza con cuatro borrachos que vuelven de La Comedia y se dan cuenta (they realized) que existe un lugar llamado Liga Morisca. Ante tal descubrimiento deciden volver a la noche siguiente, con un bote de spray rojo comprado en un chino, y poner ingeniosas frases (es un decir) en contra de los moros malos.

Las autoridades, ataviadas con caretas de Guzmán el Bueno o el Guerrero del antifaz, han declarado que condenan las pintadas, pero aseguran que se trata de hechos aislados. Todos coinciden en hablar del carácter integrador de la ciudad de Jerez, y no seremos nosotros quienes lo neguemos... que coño, claro que sí.

Aquí somos integradores muy al estilo Torrente, incluso con cierto paternalismo inglés. Los moros son buenos, íbamos a comprarles a sus tiendas (hasta que llegaron los chinos, que esos si que nos caen mal, menos los del coreano y los del chino de El Bosque) y les compramos kleenex en los semáforos pensando "que gracioso el morito". Probablemente, nuestra descendencia si que tendrá que demostrar el carácter integrador de la ciudad de Jerez cuando compitan por el mismo empleo con un morito formado, que ya no sólo aspira a vender kleenex o tener una tienda para que tu compres cerveza un domingo a las diez.

Pero eso es una utopía, porque aquí ya no va a volver a haber trabajo y además eso no escocería. El verdadero trauma llegaría, y todos lo sabéis, el día que quieran hacer demostraciones públicas de su religión en nuestra ciudad, ese día que quieran manifestar su credo por las calles de Jerez. "¡¿Pero eso como va a ser!? ¡Eso tiene que estar prohibido!"

A partir de ese momento tendremos la oportunidad de demostrar si somos una ciudad integradora o si por el contrario las pintadas en la mezquita fueron sólo el principio de un rechazo que nos llevó a erigir una estatua de Charlton Heston vestido de El Cid con una placa que diga “Moros go home

Sr. Martes.

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