Como si de un episodio de los Simpson
se tratara, el pasado sábado se halló en la zona de frío de
Carrefour Express el cuerpo congelado de un guerrero etrusco. Los
restos se encontraban en perfecto estado pues le habían apilado
justo delante un lote de pizzas margarita marca Carrefour de la que
no se comen ni el perro, y por lo tanto su temperatura no había
sufrido variaciones.
Con nuestra inquietud informativa habitual fuimos a la Calle Doña Blanca para recabar datos sobre el hallazgo y pudimos hablar con Ángeles, la cajera primigenia de Simago y ella, con gusto, nos lo aclaró todo:
"Mire usted, ese hombre ya estaba aquí antes de que mi primo Décimo Meridio Augusto pusiera la primera piedra del domus donde abrió Simagum, un pequeño negocio de venta de pollos. Luego, aunque hemos hecho muchas reformas, como a la parte de los congelados no hay cojones de acercarse pues se ha ido quedando igual, y ese hombre se ha quedao allí dentro." - Ante la insinuación de que Simago fue fundada por los romanos, quisimos saber más: "Bueno, como le digo, mi primo montó un negocio de pollos llamado Simagum, y me puso a mi en la caja para que contara las libras de cobre y los denarios. Teníamos nuestra clientela fija, ¿sabe usted? Como Faustino Cornelius Scipio que nos compraba cada día dos kilos de alcachofas o Numerio Mellado que compraba cebada para hacer zumo. En aquella época yo estaba to buena y venía hasta el mismísimo Juan de Roma, el famoso bardo, a cortejarme."
Ya puestos, y como los clientes de La Vega aun no habían llegado a la puerta, quisimos saber como se desarrolló el negocio a través de la historia: "Simago siempre ha ido bien, se lo digo de corazón, mi primo se ha comprado ya dos casas en el Pelirón y un chalé en Guadalcacín. Nosotros sólo hemos tenido dos problemas, que son los ladrones de cintas Basf ferrum y los moros, que antes de la reconquista pusieron dos o tres tiendas ahí enfrente y nos quitan un pellizco. Por lo demás, siempre ha ido todo como la ruta de la seda. Iba tan bien que vinieron los irreductibles galos y nos compraron el negocio."
Por suerte para nosotros. Ángeles mantuvo su trabajo en Carrefour Express y nos trasladó su historia para que todos los jerecienses la conozcan
Con nuestra inquietud informativa habitual fuimos a la Calle Doña Blanca para recabar datos sobre el hallazgo y pudimos hablar con Ángeles, la cajera primigenia de Simago y ella, con gusto, nos lo aclaró todo:
"Mire usted, ese hombre ya estaba aquí antes de que mi primo Décimo Meridio Augusto pusiera la primera piedra del domus donde abrió Simagum, un pequeño negocio de venta de pollos. Luego, aunque hemos hecho muchas reformas, como a la parte de los congelados no hay cojones de acercarse pues se ha ido quedando igual, y ese hombre se ha quedao allí dentro." - Ante la insinuación de que Simago fue fundada por los romanos, quisimos saber más: "Bueno, como le digo, mi primo montó un negocio de pollos llamado Simagum, y me puso a mi en la caja para que contara las libras de cobre y los denarios. Teníamos nuestra clientela fija, ¿sabe usted? Como Faustino Cornelius Scipio que nos compraba cada día dos kilos de alcachofas o Numerio Mellado que compraba cebada para hacer zumo. En aquella época yo estaba to buena y venía hasta el mismísimo Juan de Roma, el famoso bardo, a cortejarme."
Ya puestos, y como los clientes de La Vega aun no habían llegado a la puerta, quisimos saber como se desarrolló el negocio a través de la historia: "Simago siempre ha ido bien, se lo digo de corazón, mi primo se ha comprado ya dos casas en el Pelirón y un chalé en Guadalcacín. Nosotros sólo hemos tenido dos problemas, que son los ladrones de cintas Basf ferrum y los moros, que antes de la reconquista pusieron dos o tres tiendas ahí enfrente y nos quitan un pellizco. Por lo demás, siempre ha ido todo como la ruta de la seda. Iba tan bien que vinieron los irreductibles galos y nos compraron el negocio."
Por suerte para nosotros. Ángeles mantuvo su trabajo en Carrefour Express y nos trasladó su historia para que todos los jerecienses la conozcan
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