Tal y como nos anunciaron en su comunicado del 2 de junio, el comando local “Y un nabo” desmontó anoche el peaje de la autopista, una acción con la que se ha ganado el reconocimiento popular y numerosas muestras de júbilo y admiración.
Ni cortos ni perezosos hemos cogido nuestro Seat Fura de empresa y lo hemos comprobado sobre el terreno. Hemos tomado, excitados, la AP4, a toda velocidad, adelantando incluso a Mercedes, que iba en un Clio. Al llegar a Las Cabezas, a ese kilómetro 45, tuvimos la sensación que tuvo Moisés al cruzar el Mar Rojo sin pagar ni un dracma. El terreno despejado, la carretera llana para el pueblo llano.
De nuevo nos citamos con, Nabo4, el portavoz de “Y un nabo”, esta vez en el Elefante Azul de la Avda. de Europa. “Esto lo hemos hecho en sólo 6 horas, durante la noche, hermano, gracias sobre todo a nuestro camarada Nabo5 - comprenda que mantenga su identidad en secreto -. Ayer a última hora sacamos 28 destornilladores y 15 alicates de la ferretería su padre, La Tuerca, en la calle Newton y nos dirigimos al peaje.“
Le preguntamos cómo perpetraron el sabotaje, algo nada fácil a nuestro entender. “Pues mire, yo me paré con mi Talbot Samba en el peaje manual, y me puse a entretener al operario, hablándole desde la ventanilla para distraerlo. Hablamos de muchas cosas, del levante que no cesa, del Betis, de la coyuntura política, del barbecho e incluso de Kierkegaard. Me dijo que se llamaba Curro y que había estudiado Criminología. Mientras tanto, mis 9 compañeros, sigilosos, iban desatornillando las garitas y retirando las vallas. Cuando acabaron su trabajo, ya amanecía. Me despedí de Curro con un abrazo, le pagué los 7,20€ y le dejé allí solo en su peaje oyendo Radiolé, sin que se coscara de nada. ¡Ahora la carretera es para el pueblo! ”
Desde Jerez Crack también aplaudimos este gesto. Y, de todos modos, si algún nostálgico quiere seguir pagando, allí estará Curro en su garita para atenderle.
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