martes, 1 de marzo de 2016

VILLAMARTA HIGH SCHOOL, LA NUEVA APUESTA DEL GOBIERNO SOCIALISTA



La primavera socialista ha llegado al Villamarta y ha rejuvenecido su futuro con el aroma fresco y alegre de sus rosas. Y lo ha rejuvenecido gestionando el teatro a través de una fundación universitaria, que debe ser algo así como una tuna financiera, con calculadora en vez de pandereta.

Jerez Crack, equipo de investigación, se acercó este fin de semana a tomarle el pulso a este renovado teatro. Y el pulso lo tenía tan revolucionado como cualquier adolescente hiperhormonado. Al principio no pudimos conocer la naturaleza de estos cambios porque la nueva responsable de comunicación, una señora que lucía una minifalda escocesa y unos calcetines blancos hasta la rodilla, nos cortó de inmediato con un “no me rayes tío, que no estoy para que me comas la cabeza” mientras nos espantaba a golpes con un cartapacio forrado con fotos de Andrés Velencoso. Mejor suerte tuvimos con un grupo de veteranas trabajadoras que encontramos en el escenario haciéndose selfies entre risotadas. Superado esta fase de pavo generalizado, una de ellas, la jefa de taquillas que está por el tramoyista alto moreno según reza en un corazón pintado en los WC del personal, nos comentó que “el nuevo programa es un pasote total, tío, por ejemplo, el pregón de Semana Santa nos lo hemos fundido por una barrilada primaveral –Todas han gritado a coro apoyando la medida–. Y además traeremos aquí el Espárrago, flipa colega, y acamparemos en la plaza Romero Martínez –Más aullidos–.”

Algún empresario jereciense ya le ha visto el filón a todo esto asunto y se ha hecho con la explotación del bar para establecer allí su nueva línea de comida rápida: el Fast-ustino. Prueben sus Happy Artichoke.

Sin embargo no todos andan satisfechos con la medida. En el equipo de técnicos reinaba el descontento mientras compartían litronas y pitis  y comparaban sus nuevos tatuajes en un camerino. El asunto es que ahora todos serán contratados como juniors en prácticas. Así nos lo rapeaba un individuo irreconocible bajo la capucha de su sudadera surfera y que resultó ser el jefe de escenario, al que le faltaban solo cuatro años para prejubilarse: “El sistema es un madafaka sicario que nos paga como a becarios / sin pasta para gasolina, sin poder recoger a mi chica de las Josefinas”.

Con este panorama algunos han tenido que volver a casa de sus padres y a negociar el horario de salida del finde. No todo el campus es orégano. 

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