Jerez es una tierra de emprendedores, de hecho muchos
jerecienses han emprendido la huida gracias a lo bien comunicada que está la
ciudad, algo que nos llega de orgullo y que hay que poner en valor. Sin embargo, algunos jóvenes han elegido invertir aquí talento y, por consiguiente,
suerte. Uno de ellos es Esteban Curros, que ha sabido ver en estos santos días
un nicho, y de mercado además.
Esteban nos cuenta su idea desde el garaje de
su chalet de autoconstrucción levantado en una parcela rural cerca de Las Pachecas que aspira a convertirse en nuestro Ciricon Valley: “He
detectado en estos últimos años un fuerte repunte de cofradías jerecienses; hasta mi abuelo,
que es un capillita de toda la vida, me pregunta qué coño son esas hermandades que
salen en Onda Jerez que no le suenan de nada. Entre esas que no les suenan a mi
abuelo y las de la Semana Santa Adelante, las del Viernes y Sábado de Pasión que aspiran a ascender a Primera Procesión, esto es un no parar y
casi no quedan ya iglesias libres de las que salir. Por eso he pensado montar mi propia
cofradía que saldrá desde mi garaje, un signo de emprendimiento, guapo, guapo y
bonito, bonito, bonito. Sé que es una startup muy arriesgada pero se
me ha aparecido en sueños un Business Angel que me ha reconfortado diciéndome que no he
de temer nada mientras sea dócil y cariñoso con él”.
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