“¡Es que me he liao, me he liao!”, reconocía Pedro Jiménez a los policías locales que fueron a detenerlo ayer por la tarde al González Hontoria para que retirase su vehículo aparcado hace casi un año en una rotonda de la Avenida Álvaro Domecq.
Pedro vagaba a esas horas desorientado por el parque y en un principio tomó a los agentes por unos viejos amigos a los que se abrazó y obligó a acompañarle con unas palmas por bulerías. Ante la gravedad de su error intentó disculparse más tarde: “Si yo aparqué allí sólo por un momentito, el tiempo de conseguirle a mi hijo un peluche de Bob Esponja. Lo que pasa es que justo cuando compraba más papeletas porque sólo había conseguido ganar este jamonero me encontré con unos colegas y nos acercamos a Los Gallos a tomar una copita na má. Pero ya saben ustedes cómo es la feria”.
“Ya decía yo que la cosa estaba mu flojilla últimamente –continuaba relatando Pedro aferrado a su jamonero–, pero parece que ahora se está ambientando un poquillo, ¿no?”
Cuando la policía le
conminaba a abandonar el parque, Pedro se ha venido arriba de nuevo: “¡Venga no seáis
malages hombre, vamos a tomarnos un rebujito antes de irnos, que está tó pagao!”
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