viernes, 21 de noviembre de 2014

PASAJE A OTRA DIMENSIÓN



Mucho cuidado. Si es usted cliente de los bares del centro (y yo sé que lo es, porque le tengo visto un día detrás de otro haciendo barra), debe tomar precauciones para no llevarse un susto de muerte. Tomar precauciones y, en la medida de lo posible, llevar una muda de ropa, no sea que le ocurra lo que ya viene siendo el fenómeno paranormal de moda en nuestro pueblo: la tele-transportación.

Para los que no entiendan ni papa de estas cosas esotéricas, recordaremos a nuestros distinguidos lectores que la tele-transportación es una anomalía del complejo espacio-tiempo consistente en un trasvase súbito de materia, producido por causas desconocidas, que como te coja de lleno, te puede llevar al quinto coño sin hacer escalas.

O sea, que en un momento dado puede estar usted tan ricamente en la venta de Lomopardo y, sin saber cómo (porque la tele-transportación no hace apenas ruido) en un nanosegundo encontrarse comiendo rábanos en una gasolinera de Cracovia. O en la Plaza Roja de Moscú.

Exactamente eso es lo que le pasó el otro día a un conocido tocaor jerezano, cuya identidad él ha preferido ocultar, pero que nosotros desvelaremos inmediatamente, que para eso nos pagan: El Tito.

Según su testimonio, todo ocurrió a eso del mediodía. Él venía de empalme, como siempre, con la guitarra a cuestas, entró un momento en el servicio del tabanco El Pasaje, porque no podía aguantar más, y cuando salió abrochándose la portañuela, allí no había ni tabanco ni nada. Lo que había eran unos edificios como los de Eurodisney y un montón de gente hablando en ruso.

-Aluciné en colores, nos dice el propio Tito, pero más alucinaron los rusos cuando yo me puse allí en medio de la Plaza Roja a tocar las palmas y a cantar por Rancapino.

Lo peor de todo fue el viaje de vuelta, porque El Tito, que ya se veía venir que el autobús de circunvalación da muchas vueltas pero no pasa por la Plaza Roja, ha tenido que cruzar Europa a dedo para llegar a su casa antes de que lo echaran en falta.

Según el doctor Kacky, redactor de la revista “Más pallá”, esto ocurre muy raramente, pero existen puertas dimensionales que reúnen las condiciones energéticas para tele-transportarnos. Pasa en el Macchu Picchu. Pasa en el desierto de Arizona. Y pasa, lo acabamos de verificar empíricamente, en tabancos como El Pasaje.

Sr. Viernes.

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