El premio Nobel de Física ha estado a punto de
caer en manos de un jerezano. Jerezano de pura cepa, porque nació en la calle
Empedrada, donde ya hacía sus primeros pinitos jugando al Quimicefa. Ahora vive
en La Plata, está en paro desde que lo echaron de Cartonajes Tempul y se
entretiene inventando cosas raras y jugando al dominó.
Pero si no se ha llevado esta vez el premio ha
sido por despiste. Había inventado hace tiempo una bombilla de bajo consumo
igualita que las que han servido para ganarlo a los científicos japoneses que se
han llevado el Nobel este año. Sólo que por su mala cabeza, como ese día había
quedado para echar la partida, se olvidó de patentar el invento y le pisaron la
idea.
Aquí no queda la cosa. Benito Palazuelos podría
ser una eminencia, ya que hizo experimentos con células madre mucho antes de
que se hablara de ellas. Eso fue un mes de agosto cuando todavía se podían
permitir veranear en el camping de Valdelagrana y se aburría por las tardes. Pero
es que otra vez, viendo un partido del Soberano, se le ocurrió la teoría del
Big Bang, y no la publicó ni nada porque se fueron al Canalejas a celebrar la
victoria de su equipo.
Su mujer, que mientras atiende a los medios, nos
fríe unos pimientos, cuenta:
-Este hombre es la mar de apañado. En casa me
lo arregla todo. Lo mismo te inventa un coche que anda con mosto de la
Cooperativa que te llega con que ha descubierto el genoma humano. Pero lo
llaman los amigos y luego ni se acuerda.
Petronila nos insiste en que si Benito se
diera más a valer, no tendría que estar cobrando el paro, pero que se pasa todo
el santo día del bar Mati al Pare y Beba, y que así “no hay forma de que este
hombre me traiga un Nobel a casa.”
Aunque Benito no quiere ni hablar de eso:
-¿Usted se imagina el trastorno que me supone
a mí ir a Estocolmo? ¿Esos días quién le iba a dar de comer a los pájaros? Y
además, ¿qué me voy a poner, si el traje que llevé a la boda de la niña se me
ha quedado estrecho?
Todo esto lo dice mientras echa alpiste a los
canarios.
-¿Ve usted el amarillo? A ese lo cloné yo con
cinta aislante, unas pinzas de depilar y una fiambrera. Pero el otro cantaba
mejor.
Sr. Viernes.
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