Intentando disimular su contrariedad, el Rey Felipe dejó ayer en pause su partida de Fallout 4 para atender a los dos principales candidatos a gobernar un país ingobernable, o al menos eso es lo que dicen los tertulianos. Eso y lo de las líneas rojas.
Fuentes cercanas a la casa del Rey (en concreto, su personal breader, o sea, su panadero de tó la vida), nos ha dicho que “yo estaba allí, tomándome una birra con él en el salón cuando han llamado a la puerta. Le ha sentado fatal, porque estaba ya a punto de salir de la línea de metro de Washington después de haber aniquilado a cientos de supermutantes, y ha tenido que pararlo porque venían el del PSOE y el del PP. De hecho, se tuvo que quitar el chándal y yo recogí a toda prisa los cascos de Mahou y los Doritos porque venían con la prensa y habrá foto oficial. Mañana la veréis en todos los medios.”
Con este gesto, el primero de los españoles confía en poner en orden cuanto antes este país, para poder salir de la línea de metro y ver qué le espera en las calles desiertas de Washington.
No hay comentarios:
Publicar un comentario