¡No me dejáis desayunar en paz!, rugió furibunda M.J.G.P.,
alcaldesa ocasional, cuando deglutía en el bar Adeli una tarta de San Marcos de
colores roja, amarilla (doble espacio) y roja de las que le suministran
diariamente desde la confitería La Rosa de Oro. Con el chisme en la oreja, el
chisme del día le penetró en la oreja de voz de su guardaespaldas personal, que
en breve ascenderá a Jefe de Seguridad con derecho a coche oficial.
La primera piedra, injertada en la madre de todas las
plantas y bichos tirando para Arcos, a mediados de los 80, habría desaparecido
en la madrugada de este miércoles. Como ustedes sabrán, la piedra contenía en
su interior un ejemplar del día de Diario de Jerez, una botella de oloroso
Romerito, una cinta de casete con manifestaciones del alcalde de entonces que
se grabaron sobre un juego para ZX Spectrum 48k, cuyo agradable soniquete
aparece tras acabar las declaraciones y una fotocopia manchada de aceite de
atún enlatado del carné de familia numerosa del capataz de la obra.
Según ha conocido este medio, se sospecha de una pareja de
guardias civiles jubilados que jugaban a depilarse los bigotes dentro de una
Renault Kangoo abollada en el aparcamiento del circuito; un yonqui que había
salido a mediodía desde el Tabanco El Pasaje hacia la calle Arcos y que, según
sus propias palabras, “caminaba absorto en mis reflexiones y me despisté una
mijita”; una rana con apariencia de cabeza de Pacheco que croaba constantemente
“¡ehn, ehn; ehn, ehn!”; un eminente periodista jerezano que capturaba
sicofonías dentro del aparato circular que se sostiene de modo inverosímil
sobre la recta de meta y una jueza de Vigilancia Penitenciaria que tenía la
mosca detrás de la oreja sobre la posible huida a trozos del ex alcalde
recluso, y que confirmó la sospecha cuando localizó su cabeza disfrazada de
rana toro, rana que, en cuanto vio la mosca de la oreja de la jueza, se la
tragó alargando la lengua a la velocidad de una pluma consistorial firmando
EREs y privatizaciones.
Consultado el Bufete Cosano, se cree que solo dos
sospechosos muestran indicios sostenibles para ser imputados: el insigne
periodista y la rana toro. Inquirido por los motivos, Cosano apunta a que el
primero la guardaría hasta la campaña electoral para las municipales cuando la
mostraría triunfante en directo en un programa de debate electoral en Onda
Jerez, manifestando vivamente “¡misterio resuelto!”, mientras que la acción de
la segunda estaría relacionada con las palabras que el ex alcalde musitaba
entre dientes al entrar de cabeza en la trena portuense: “Jeré es mío, ehn, lo
monté yo, ehn, mencanta jeré, ehn, y me lo voy a llevar a cachitos a un paraiso
inmobiliario, ehn.”
Sr. Martes.
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