"Trullo o Rato". Con esta popular frase (popular por lo del partido, nada que ver con el pueblo) algunos representantes del gobierno local aterrorizaron la pasada noche de Halloween a los jerezanos que tuvieron bemoles (y piruletas) de franquearles la puerta. Y es que nuestros concejales se han sumado a esta nueva tradición que se impone cada vez más en nuestra ciudad sin que medie ningún paso de palio por la calle Larga, fíjense ustedes.
Dicho y hecho; dando rienda suelta a esa sutil maniobra
preelectoral de aparecer en todo sarao o barrio que se precie valiéndose de
cualquier excusa, se han echado a la calle aprovechando esta nueva ocasión. Por
su parte, ellos se han excusado diciendo que "ya que los zombies pueblan
las calles de Jerez esta noche por qué no iban a sumarse los corruptos, si corrupción
y descomposición vienen a significar prácticamente lo mismo ". Y han
puntualizado: "además, ni siquiera hemos tenido que invertir mucho en
vestuario porque un corrupto es como un zombie, que anda por
ahí intentando comerle el coco a la gente, pero mucho mejor trajeado. ¡No vamos
a callejear con harapos, como si perteneciéramos a los círculos perrosflautas
de Podemos! Así que hemos lucido nuestros mejores ternos azules con la
distinción que se nos presupone, porque el jerezano sabe vestir, tiene una
elegancia clásica, innata, que le viene dada desde la cuna y tal y cual".
No todos estuvieron de acuerdo con esta uniformidad, algunos
prefirieron diferenciarse del grupo y personalizar su disfraz, como la alcaldesa
que como primer edil quiso sobresalir transformándose en El Conde Dráulica, una
nueva forma de vampirismo que consiste en sangrar al pueblo a costa de inflar
los recibos del agua. También el orondo delegado de Cultura y Fiestas se hizo
notar (aún más si cabe) con su disfraz de Festivo Adams, equipado con una
túnica oscura sospechosa de pertenecer a alguna hermandad de silencio, una
reluciente calva de plástico y un aroma a incienso rancio que echaba para atrás.
Parece que la noche fue provechosa, nada más oír semejantes
amenazas, en especial el nombre de Rato, los acogotados ciudadanos, algunos de
ellos preferentistas, daban todo el dulce que encontraban por su casa, incluso el
azucarillo olvidado en el bolsillo de la chaqueta a cuenta de alguna boda o esa
pasa envuelta en pelusa que quedó entre la ranura de los cojines del sofá por
navidades. "Pero a nosotros no nos valía cualquier donación, sólo
aceptábamos caramelos en B, regaliz negro y chocolate suizo", ha
puntualizado nuestro primer teniente de alcalde y cerebro de la banda (con gran
peligro de señalarse de esta forma delante de los hambrientos zombies).
Satisfechos por el resultado obtenido ya planean un próximo
Halloween con más contenidos sin considerar siquiera que entre este y el
próximo año se celebran unas elecciones municipales; una gran fantasmada acorde
con el sentido de la fiesta. Y como no podía ser de otra forma y ya estaban
tardando, nos informan de que para el 2015 piensan programar una procesión extraordinaria
(otra) solicitando en préstamo a la cofradía del Santo Entierro sevillano el
paso alegórico de La derrota de la muerte.
Después de estas declaraciones se dispersaron haciendo
el Moonwalk, que no es que sea estrictamente un paso de Thriller pero que damos
por válido.
Sr. Lunes.
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