Ya tenemos los rugidos de los motores detrás de la oreja y
la ciudad se prepara para la invasión motera de todos los años. Por este
motivo, y teniendo en cuenta aquello de la capitalidad mundial del motor que
parece que va a ir para largo porque otra cosa no tenemos, nuestro gobierno
local ha decidido aprobar una batería (cómo no) de medidas para hacer frente al
aumento de tráfico previsto.
"La llegada del Gran Premio de Motociclismo a la ciudad
es una oportunidad para poner de nuevo en valor a Jerez –nos cuenta la alcaldesa–.
También es una oportunidad para
sacar rentabilidad a este acontecimiento y aliviar la tasa de desempleo que
asfixia a la ciudad. Por eso, hemos pensado reforzar todos los pasos de cebra
con nuevos jóvenes desempleados, una medida que ha tenido una gran aceptación
popular por lo necesario de esta actividad. También hemos previsto nuevos
puestos específicos para estos jóvenes desempleados en los semáforos
y rotondas de la ciudad. Ya hemos estado trabajando con ellos y el resultado es
muy positivo" –termina diciendo–.
Sin embargo, los jóvenes desempleados no se muestran tan
optimistas como Pelayo. Fabrizio Puentes, Máster en Ingeniería, viste de rojo
al lado de un semáforo e incluso también se sonroja con su cometido. Tiene que
ir comentando a los conductores uno a uno que deben parar su vehículo hasta que
su compañero vestido de verde no les permita, también de manera personalizada,
el paso. "Peor lo tiene nuestro compañero naranja –dice Fabrizio–, tiene
tan poco tiempo para recomendar a los conductores que vayan disminuyendo la
velocidad que ya ha sido atropellado cuatro veces".
Quizás el parado naranja tenga que pedir traslado para
señalizar una rotonda, que aquí las hay a puñados. El problema es que para ese
puesto debe estar en perfecta forma física porque debe pasarse todo el día
corriendo a toda hostia a su alrededor con una señal de flecha en la mano con
la que ir indicando el sentido de la marcha a los vehículos. Y el hombre ya no
está para esos trotes.
Sr. Lunes.
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