La delegación de Acción Social acomete en estos días de
feria una campaña preventiva para la eliminación de lunares en los trajes de flamencas
que pudieran derivar en otro tipo de figuras geométricas indeseables. El
evidente cambio climático y la especial agresividad del sol en estos últimos años
han aconsejado el establecimiento de este tipo de medidas con el fin de evitar
consecuencias más desagradables.
Varios funcionarios de la delegación, lupa en mano, recorren
estos días el recinto ferial con la difícil tarea de discernir qué lunares de
los trajes pudieran considerarse deformes y aconsejable su extirpación. Según nos
comenta uno de los expertos, “hay que fijarse especialmente en aquellos que
comienzan a presentar una apariencia ovoide o poligonal”, y han calificado su
tarea como de “meticulosa aunque sin llegar a la complejidad del sexador de
pollos”.
Una vez detectada la presencia de dichos lunares se procede
a invitar a las propietarias de los trajes de faralaes señalados a pasarse por
el puesto de socorro situado frente al de los churros para su eliminación
mediante cirugía láser. La delicada situación económica del ayuntamiento hace que
se haya subcontratado el servicio de rayos a unos feriantes rumanos dueños de
una atracción de coches de choque que disponen de un equipo de luces que dan el
pego.
Hasta el momento se han eliminado 47 lunares de 28 trajes
distintos y dos más de un pañuelo de uno que iba de bandolero en el pescante un
coche de caballos, cosa que siempre nos ha llamado la atención porque los
bandoleros eran más de asaltar carruajes que de viajar en ellos.
Como colofón de la
campaña el ayuntamiento está repartiendo además unos folletos explicativos donde
se recomienda a la mujer jereciense acudir a la feria con trajes de colores
lisos o, en todo caso, de amplios estampados y, a ser posible, claritos.
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