Ayer por la mañana me levanté con un regusto
en la boca que dura ya más de 30 años, así que me fuí al bar Mati a meterme un
sol y sombra que me ayudara a digerir. Mientras leía en el Marca que se había
lesionado el niñato, Diego Costa, comencé a prestar atención a la conversación
que mantenían unos parroquianos. En ella aseguraban que El
Cristóbal había hecho trampas en la mesa porque le había tocado de
presidente. Pagué la conviá con un gesto de la mano y me acerqué a
los informadores. Con un par de anises más obtuve todo lo que necesitaba, un
bombazo de historia contada de segunda o tercera mano.
Resulta que el tal Cristóbal, quien ya había
sido presidente de mesa en 2011 y vocal en otras dos ocasiones por lo menos,
estaba harto de que siempre le tocase a él, así que ideó un plan para que no lo
volvieran a llamar en la vida. El plan era sencillo y tendría muy poca
relevancia, según él, consistía en cambiar un voto sí y otro no de los que
recibiera en su mesa por una candidatura distinta. Se escondió un fajo de
sobres con la lista de UPyD y cada vez que no lo veían cambiaba los votos de
sus vecinos por votos a UPyD. La trampa resultó fácil, pues le acompañaban en
la mesa un niñato de resaca y Aurelia, la del bloque de Valenzuela, que ni ve
ni quiere ver nada.
Como decíamos al principio, esto no habría
tenido mayor repercusión de no ser porque los únicos votos que ha recibido UPyD
en toda Andalucía han sido los introducidos de forma ilegal (pero sin maldad)
por Cristóbal, por lo que la lista de Martín de la Herrán se ha quedado sin
votos.
Hemos llamado al representante de UPyD para
conocer su opinión al respecto y nos ha mandado un vídeo de VIME en el que
afirma: “No pasa ná, yo sigo teniendo pasta pa enterraros. Los que perdéis seis
ustedeh, imbéciles”.
Si llego a saber lo de VIME antes, habría
tenido mi voto.
Sr. Martes.
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