Buenos días amigos y amigas de lo desconocido; buenas tardes
o noches, amantes de los arcanos que nos leen desde países lejanos (¡ese
pareado!). Comenzamos nuestra sección como siempre, con un inquietante enigma: ¿Por
qué razón encontramos hoy al candidato de Izquierda Unida en el cuartelillo de
la policía haciendo pucheros?, ¿no se trata de un asunto extraordinario?, (lo
del cuartelillo, no lo de los pucheros). La respuesta a tan sorprendente acontecimiento
la encontramos en la madrugada de ayer cuando Ruiz-Berdejo se dirigió a la
Plaza del Arenal con un teclado Casiotone bajo el brazo para intentar contactar
con alguna muestra de inteligencia extraterrestre.
Porque, según este gran maestro de lo ignoto, el
árbol navideño instalado en la céntrica plaza jerezana se trata en realidad de
una gigantesca antena sintonizada con el universo extraterrestre y alineada con
el cinturón de Orión. Conociendo tal circunstancia, el candidato de Izquierda
Unida no ha dudado un instante en hacer uso de este poderoso artefacto y
agradecer personalmente el apoyo recibido en las primarias de más de un
centenar de votos que parecen proceder de una zona próxima a la estrella Betelgeuse.
De esa forma, a eso de las 2 de la mañana, el conocido Brujo Rojo se situó justo bajo la copa del abeto-antena y comenzó a tocar repetidamente y sin
descanso en su órgano Casiotone la célebre melodía "Re, Mi, Do, Do,
Sol" a la espera del ansiado contacto. Tras más de dos horas de incesante
concierto a la intemperie se produjo finalmente un contacto aunque de
naturaleza distinta a la deseada: un número de la policía se personó hasta el
lugar del que partía la musiquilla para detener al improvisado concertista. Por
lo visto, Ruiz-Berdejo consiguió tocar más de un órgano esa noche ya que varios
vecinos cabreados por el jaleo llamaron al 091 para quejarse. Debido a su
peculiar pinta y a la oscuridad de la noche la policía en principio lo
confundieron con uno de esos rumanos que indigestan el desayuno a base de pasodobles a los que
frecuentan las terrazas de los bares. Una vez identificado
el sujeto se procedió a su detención con lo que quedó doblemente sujeto. No fue
una tarea fácil porque Raúl había hecho un cursillo de escapismo basado en el
método Houdini y no había forma de mantenerlo esposado más de dos minutos
seguidos. Finalmente pudo ser reducido (es una forma de hablar) y conducido a
las dependencias del Arrroyo.
De esta forma tan cotidiana y burda acabó la intentona
extraplanetaria de agradecimiento político. Una lástima, pero no perdamos la
esperanza (que, por cierto, también arma mucho ruido durante la madrugada y
nadie se ha quejado hasta el momento) y esperemos que algún día puedan
conseguirse unos Encuentros en la III República. Solo nos queda ahora compadecernos
de la desesperación de Raúl y lamentar que sus buenos deseos se pierdan como
las lágrimas de sus pucheros en la lluvia.
Sr. Miércoles.
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