Mientras
se quitaba las sandalias de velociraptor, la nueva primera edil esperaba con
nerviosismo una llamada telefónica. Nunca antes en su vida había deseado tanto
escuchar el himno bolchevique en su Yotaphone. Y por fin llegó:
-Приве́т, querrrida Mamen.
-Приве́т, adorado líder. Se ha consumado el pacto. Las tres
fuerzas de izquierda radical nos hemos unido para desbancar a Pelayo. Con Raúl
no hubo problemas, pero al nuevo le tuve que recordar su juramento y también cedió.
Lo hemos conseguido.
–Me alegrra mucho esta noticia tuya, tovarich. ¿Has
marrrcado la situación parrra el lanzamiento de grrran bomba nucelarrr?
–Por supuesto. Logré introducir una replica de la vara de
mando que marcase las coordenadas en nuestro sistema. Para mantener la atención
de los pérfidos periodistas lejos de nuestro plan, me puse unas sandalias con
el dedo meñique fuera. La idea fue tan ridícula que todos cayeron, jajaja.
–Tenían razón tus superrriorres, aunque parrreces anodina y
sin carrrisma, lo compensas con grrran inteligencia.
–Gracias gran líder, me llena de orgullo y satisfacción
poder colaborar en tu triunfal regreso, y que tu puerta de entrada sea
Jerez....
Mientras, en el Botavino, María José, Saldaña y Álvaro
Ojeda se lamían sus heridas y lamentaban todo lo perdido:
–No puedo creerlo, esos rojos de mierda se han unido para
hacerme daño a mí. Me han quitado un derecho divino, soy la lista más votada.
La lista y la tonta más votada, lo soy todo- comentaba en tono amargo María
José mientras se llenaba el buche de camarones y los vertía con cuidado sobre
la boca de Álvaro Ojeda.
–Nadie valora el trabajo que hemos realizado en cuatro
años.–Con una Coca-Cola en la mano Antonio Saldaña miraba a su alcaldesa y
trataba de calmarla– Nadie ve los despidos del ERE, declarado ilegal; todo el
dinero invertido en peñas flamencas y hermandades; el despilfarro en
capitalidades mundiales del vino y del motor...
–Cállate ya Antoñito, carajo– de un golpetazo en la mesa
Álvaro Ojeda interrumpió la retahíla, pues daba para un rato largo–. Aquí lo
que importa es saber quién me va a pagar a mi 15.000 € para que grabe vídeos
haciendo el orangután, pegue golpes en la mesa y grite "carajo"… Eso
es lo único que importa.
Sr. Martes.
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