Ultramar, ultramar, sueño amado de todo
español...
Como sabrán nuestros amados lectores, en los
últimos días hemos asistido a un verdadero revuelo provocado por el anuncio por
parte de nuestra alcaldesa de la creación de una playa en el González Hontoria.
La repercusión de la noticia ha sido tal, que los medios y los ciudadanos hemos
olvidado otros aspectos, no menos importantes, del gobierno municipal, como son
el déficit, el paro, el ERE, la suciedad en las calles o el lamentable estado
del centro histórico, que puede compararse al del Foro de Roma.
Visto que la táctica ha funcionado, la señora
Pelayo anunció ayer que Jerez será afectada por un tsunami a la semana si ella
vuelve a coger el bastón de mando, así que tienen dos opciones, o votar a otros
partidos o comprar un traje de hombre rana en Deportes Ravelo.
Según ha podido saber la redacción de Jerez
Crack, la primera fase del proyecto supone el llenado hasta el borde de la
laguna de Torrox. Una vez lista, el agua será movida con una suerte de batidora
pelágica (de piélago, no de Pelayo), que a en 15 minutos levantará una ola, que
ríanse ustedes de lo que pasó en Indonesia.
Para no coger a nadie por sorpresa, en unos
altavoces ubicados en puntos estratégicos del casco urbano, sonará Rocío Jurado
interpretando Como una ola, para que las madres vayan recogiendo a los niños
de las calles, las ancianas se agarren los machos, y el común de los mortales
se suba a las azoteas, pues la que viene será menuda.
Según las previsiones más optimistas, el agua
alcanzará dos metros sobre el nivel de la calle en las zonas más altas de la
ciudad, así que se pueden figurar lo que pasará Hoyanca abajo. De hecho, la
barriada de La Liberación se está preparando para el rodaje de un re-make de Mundo submarino, la célebre serie documental de Jacques Cousteau.
Es cierto que se han alzado voces denunciando
los desperfectos que ocasionarán estas trombas periódicas de agua, pero desde
el PP han respondido que los beneficios que reportará el turismo, compensarán
con creces los gastos. Así que si Dios (dígase Yahvé o Neptuno) no lo remedia,
prepárense cada semana para cantar junto al cangrejo Sebastián aquello de “bajo
el maaaaar, bajo el maaaaar, vives contenta siendo Sirena, eres feliiiiiz...”
Sr. Miércoles
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