AL RICO PACTO MUNICIPAL

Nuestro equipo de investigación está que se sale. Metieron la pata sacando unas encuestas que daban la victoria en estas elecciones a UCD, pero no se lo tuvimos en cuenta porque la gente es muy embustera. Y ahora nos llegan con unas escuchas telefónicas que grabaron poco después de conocerse los resultados del domingo. Juzguen ustedes mismos, que nosotros ya no nos fiamos:

–Hola, María José, ¿cómo lo llevas?

–Tú sabes. El champán me lo voy a guardar para una comunión que tengo el sábado. Y anda que no avisé. ¿Pero a quién se le ocurre poner las elecciones cuando mis votantes están en el Rocío?

–Mira, que te llamo porque como es la primera vez que nos presentamos, no tenemos ni idea de cómo va esto de los pactos.

–Ya, pero es que yo no sé si pactar con vosotros, que vais de radicales por la vida y seguro que me la liais cuando me ponga la mantilla.

–Que no, que nosotros somos de dialogar.

–¿Qué pasa, que estás llamando a Mamen y no te lo coge?

–No me hables, que esa también es de la casta, y además está comunicando. ¿Por qué no empezamos con lo de la playa artificial? Ahí podemos llegar a un acuerdo, pero con una condición: que sea nudista. Así, tipo Los Caños.

–Pero hombre, que en El Bosque vive gente de orden.

–Sin problema. Primero hacemos la playa y ya luego hablamos con Greenpeace para tirar los bloques.

–Oye, chaval, no te pases, que ya os estaba montando a los guais un carril para que vengáis a los plenos en la bici oficial.

–Suena bien, oye. Por cierto, para cuando haya plenos, ¿seguís teniendo ahí en el Ayuntamiento la bodeguita aquella que le gustaba tanto usar a Pacheco? Es que se nos ocurre que si la cambiáramos y pusiéramos una tetería, lo íbamos a petar.

–Sí, claro, y luego nos cargamos la Escuela de Tauromaquia para poner un restaurante vegetariano. ¿No te jode?

–Veo que te has leído nuestro programa.

–Pero es que vosotros nunca estáis contentos. Ahora me dirás que queréis poner una Semana Santa laica y que a los conserjes les dejemos venir en chanclas al curro.

–¿Ves lo fácil que es entenderse en democracia?

–¿Me estás llamando bolivariana?

(Aquí se corta la comunicación, porque se empieza a oír de fondo una salve rociera. ¿A qué se queda uno con ganas de seguir escuchando? Pues eso es lo que hay, chatos.)

Sr. Miércoles.