jueves, 17 de diciembre de 2015

CUATRO RUNNERS PEGAN A UNO QUE IBA ANDANDO




Pues sí, ocurrió el sábado pasado. Ayer vino a nuestra redacción, dolorido a la par que enojado, Oscar Herrera, vecino jereciense, para denunciar la agresión que sufrió el pasado sábado, en la Avenida de Europa, a manos de un grupo de cuatro runners. Ya vamos a tener que empezar a cobrar en nuestra redacción por oír vuestras penas.

Nos cuenta Oscar que “yo iba caminando con mis pantalones de pana de andar, escuchando mi podcast de ‘Incienso y azahar’, cuando tropecé sin querer con un runner que me quería adelantar. De momento me rodearon cuatro con camisetas fosforito, cada una de un color, corriendo en círculo a mi alrededor (para no enfriarse, sería), increpándome, obligándome a correr con ellos avenida abajo. Yo no corría desde el último día de recreo en el Oratorio Festivo, allá por 1982, y porque el Molina me quería quitar el bocadillo. Me sorprendí porque aguanté casi un kilómetro con ellos (lo iba mirando en el Runtastic del de la camiseta verde), pero acabé desfondado y les dije que me dejasen: ‘Dejarme!’, espeté. Y fue entonces cuando me tiraron al suelo y me pidieron que les dijera cinco nombres de bebidas isotónicas. Como sólo me conocía el Aquarius, que bebo cuando tengo resaca, me dieron patadas, zosquis y hasta una sardineta. “¡Isostar, Powerade, Gatorade…!”, cosas así pude oír entre golpe y golpe. Luego me inmovilizaron, y el de la camiseta naranja me dibujó en mi brazo con un BIC negro de punta fina la cara de Sebastian Coe. Antes de irse metieron en mi bolsillo un listado con las 10 próximas carreras populares y se fueron, insultándome. Pero lo bonito de todo es que ese Sebastian que me dibujaron se parece mucho a mi Cristo de la Defensión, y el martes me fui a Lucio a que me lo repasara. Miren qué chulo me ha quedado”. Oscar se subió la manga de su camisa y nos enseñó, henchido de orgullo, su reluciente tattoo de Sebastian Coe con una corona de espinas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario