El Plan de Avistamientos de Flamencos es un ambicioso proyecto conjunto de las delegaciones de Cultura, Turismo y de Medio Ambiente que viene a reforzar, aún más si cabe, la apretadísima agenda de la que hace gala Jerez en el mes de septiembre y que pondrá la ciudad en valor como referente turístico de primer orden.
Jerez Crack, sección de Eventos Frescos, acompañó a Félix
Ramírez del Puente, coordinador del proyecto, en la presentación del programa
piloto. Junto con un grupo de guiris, nos encaramamos en primer lugar a la
torre de avistamiento situada en La Plazuela, estampada de lunares rojos para
confundirse con el medio. Desde allí nos dispusimos a identificar a cuantos
flamencos paseasen a esa hora siguiendo las instrucciones de Félix. “¡Estamos
de suerte –gritó de repente Ramírez del Puente– observad ese ejemplar de roete
y peina junto a la capilla de La Yedra, la de las piernas en forma de
paréntesis, una magnífica flamenca hembra de pura cepa. Hasta luce el típico
mandil encima del traje. Seguro que ha tenido varias camadas a lo largo de su
vida, lástima que no se encuentren cerca!” Todos aplaudimos satisfechos este
primer avistamiento. Una japonesa que no paraba de tomar fotos con su móvil
Huawei preguntó si conseguiríamos ver pasar a Cepero con su guitarra, pero
según Félix a esa hora ya estaría avituallándose en La Vega. Tras media hora
sin conseguir ver a ningún flamenco más, Rodríguez del Puente decidió trasladar
el grupo a Santiago.
En el segundo puesto vigía situado en el campanario de la Iglesia
de Santiago, Félix cambió de táctica para mejorar los resultados y usó un
reclamo para atraer flamencos. Básicamente se trataba de dar palmas por
bulerías con la intención de que se fueran sumando los ejemplares presentes.
Quince minutos de redobles y olés sin beneficios frustraron nuestras
expectativas. Ramírez del Puente se disculpó diciendo que a esa hora "los
flamencos machos se refugiaban de los rigores del mediodía en la penumbra de los tabancos
para solazarse con una copita". Dirigimos entonces los prismáticos hacia un
portón de un tabanco cercano sin que viéramos otra cosa que a unos pollastres
peinados como futbolistas de élite.
“¿LLegaremos a poder presenciar la parada nupcial de los
flamencos?”, preguntó un inglés de color zanahoria llamado Larry Bird o algo por
el estilo. El muy pájaro pretendía unirse a la fiesta y romperse la camiseta de
los Sex Pistols. “No estoy seguro porque el mundo flamenco es de costumbres muy
rígidas –le contestó Félix–, pero como gane España la Eurocopa seguro que algo cae”.
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