No ganamos para sustos en el Salón Manga de Jerez. Si hace
dos convocatorias fueron los tunos de Murcia los que se los tuvieron con personajes manga y el año pasado presenciábamos una reyerta entre supermanes y batmanes, una nueva revuelta ha sido la protagonista de la
edición de 2016. Y es que un joven jereciense la emprendió a guijarrazos pintados
con témpera Jovi roja y blanca contra un visitante que había acudido al Salón
disfrazado de Pikachu. Al final consiguió acertarle de pleno en el cogote con
un pelote de tamaño considerable. La capucha de felpa amarilla apenas pudo
amortiguar el certero golpe y Pikachu quedó inconsciente en el suelo. Justo
cuando aprovechaba la desventaja para llevarse al desgraciado tirando del rabo de su disfraz fue interceptado por efectivos de incógnito de la policía local ataviados
de troyanos y de gusanos informáticos al grito de “los romanos ya están aquí”.
“Es que mi madre me ha castigado sin móvil porque dice que
estoy emparanoyao con el Pokemon Go, que deje de estar pegado todo el día a la
pantalla de mi Samsung Galaxy S6 Edge y que viva la vida real de una puta vez.
Y eso hago, jugar a Pokemon Go, pero sin el rollo virtual”, comentaba a la vez que se
defendía de los graves delitos que se le imputaban jurando por Satoshi Tajiri
que “esto no es un secuestro ni ná, que no le quería hacer nada malo al Pikachu, que me lo iba a llevar a casa
para que evolucionase con la berza que hace mi abuela Eutanasia, porque mira
que está canijo el colega, que no aguantaba ni un asalto.”
Mientras los pretorianos
locales lo empujaban a la fuerza en la cuadriga camuflada, el detenido gritaba desconsolado,
“¡que tengo que hacerme con todos, dejarme!”
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