Cádiz será la capital de la provincia pero Jerez es la capital
de todo lo demás. Si antes éramos la capital mundial del motor, ahora lo somos
del agua, así, sin comerlo ni beberlo. Debe ser porque ya tenemos el agua al
cuello.
Ayer decidimos asistir a la decimotercera edición del IWA Leading Edge Conference sin saber muy bien dónde nos metíamos porque sólo entendíamos
lo del "IWA", que, como cualquier jereciense sabe, es una expresión de
sorpresa.
Y hubo sorpresa al ver que se trataba de un encuentro sobre
el agua y que allí no se iba a brindar con vino, que era lo que pretendíamos. Como
no había nada mejor que hacer nos apuntamos a una cata de agua y degustamos la
ganadora. Era un agua de color transparente con matices turbios. En nariz
presentaba un aroma ausente con excelentes notas a cobre de tubería. En boca
era fresca, llenaba la boca con aromas de lejías y zotal. Un agua donde el
polietileno se hacía presente con una cloración equilibrada. Este tipo de agua
maridaba a la perfección con el mendrugo de pan que nos ofrecieron gentilmente.
Cuando ya maldecíamos al
aguafiestas que nos hizo venir a cubrir la noticia anunciaron el cierre de la
jornada con un concurso de camisetas mojadas. Aquí nos venimos todos arriba
jaleando a las concursantes que bailaban al ritmo de “La Caderona” vestidas con
unas estrechas camisetas blancas de Jerez 2002 y que terminaron empapadas de
agua helada con su consiguiente efecto. Ganó La Yeni de La Granja, que no cabía
de alegría en su camiseta. Ni siquiera cabía antes del concurso, si tenemos que
ser sinceros. “Esto ha estao mu apretao pero ar finá me llevao er gato al
agua”, nos confesaba mientras recogía su premio, una caja da agua mineral
Bezoya (que ya venía con otro premio) y una visita al Tempul.
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