Pobre academia de policía la de Jerez. La falta de medios de
nuestra policía local hace casi imposible enfrentarse al crimen. Sin embargo, nada detiene a nuestro glorioso cuerpo
de policía en el cumplimiento de sus funciones, como así hicieron este fin de
semana el cabo Vicente Furriel y su ayudante: “Al principio tuvimos que
perseguir al delincuente usando el transporte público porque ya saben ustedes que
carecemos de automóviles y además es una opción ecológica y solidaria. –˝Rápido,
siga a ese coche rojo˝, le ordenamos al conductor–. Pero cuando llegamos a la
altura de La Corredera El Langui obligó al autobús a parar con otra de sus
reivindicaciones y tuvimos que continuar la persecución a pie. Alguien nos dio
un chivatazo de que el perseguido se había refugiado en El Quinqué; hay que
ser muy hijoputa para quedarse de esta forma con nosotros, pero al final
hubo suerte y lo localizamos oculto en Medias Mario donde había aprovechado
para colocarse un panty color visón en la cabeza y evitar así su
identificación.
Nos cuenta Vicente apurando su copa de amontillado que como tampoco
tienen armas reglamentarias tuvieron que reducir al delincuente minándole la
moral con frases del tipo: “no eres nadie y lo sabes”; “la tienes muy pequeña”;
“He estado con tu mujer y esa sí que merece la pena y no tú, desgraciao”; “¿estás
llorando, nenaza?”
“Y así hasta que se entregó. El palo fue esposarlo. Da un
poco de corte porque solo disponemos de unas esposas de peluche rosa que
regalaban al comprar 50 sombras de Grey”.
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