Desafortunadamente para ellos, la marcha de cofrades voluntarios que salieron desde tierras jerecienses hacia Málaga la mañana del viernes pasado para participar en la recogida de la basura tuvo que dar media vuelta cuando ya se encontraban a la altura de Los Barrios debido al acuerdo firmado esa misma tarde entre Limasa y el ayuntamiento malagueño.
Parapetados tras la pancarta-guía que habría la comitiva
bajo el eslogan “#TODOS_SOMOS_BASURA”, desfilaban de vuelta a casa maldiciendo su estampa con lágrimas en los orificios de sus
capirotes. Con lamentos como “¡vaya mierda, con lo que nos gusta a nosotros una
recogida!”, "¡al cieno con ella!" o “¿Por qué zeñó, por qué?” se desahogaban por el arcén de la carretera estos llamativos penitentes de
túnicas fosforitas y cruces reflectantes al pecho y a la espalda, donadas
para la ocasión por la Dirección Provincial de Tráfico.
El capataz, un gordo sudoroso de patillas aún más gordas, intentaba
subir la moral de estos hermanos más que desechos como sólo él sabe hacerlo,
abrazándose entre sollozos a sus nazarenos y palmeando con furia
fraternal sus espaldas. ¡Un verdadero desperdicio perder esta magnífica oportunidad
preestacional!
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