Siguen los líos para la ex alcaldesa, en esta
ocasión se enfrenta a un juicio por delitos continuados contra el buen gusto y
la estética. Los autodenominados Jueces del Buen Vestir se han organizado para
instruir esta causa por propia iniciativa y que Pilar no sólo pague por las
desafortunadas combinaciones de colores y tejidos, sino que además sea
consciente del daño que hace a la sociedad, pues las bases de su partido
político la tienen como referencia.
Aunque en un primer momento pensamos que se
trataba de una broma, un grupo de estilistas españoles, hartos de verla
pasearse con el traje de chaqueta-pantalón de color del lagarto Guancho y
con el mismo peinado que cuando Felipe lucía chaqueta de pana, se han reunido
para instaurar un código del buen vestir y poder juzgar a quien atente contra
este. Lógicamente, la primera en pasar por el banquillo de los acusados es la
ex edil jerezana, quien durante los años de su mandato parecía verse aconsejada
por Carmen de Mairena.
Como estos delitos no son, de momento,
susceptibles de ser penados con prisión, esta élite de la moda, tiene pensado
otra serie de métodos para que expíe sus pecados y se reintegre en una sociedad
con unos mínimos de estilo. En primer lugar está en obligarla a lucir un mono
de color naranja, como en las prisiones de mujeres norteamericanas, de esta
manera tan monocromática pretenden que aprenda a valorar los distintos colores
y tonalidades. Para el pelo, la condena se trata de lucir un moño Amy Winehouse
o unas rastas caribeñas, para que la acusada asimile la idea de que el cambio
es positivo. Por último, los pecados contra el exceso o el defecto en el uso de
maquillaje se castigarán, como ya estarán imaginando, con el uso de la escopeta
de maquillar de Homer Simpson.
De esta manera conduccionista se evitarán
nuevos atentados contra el buen gusto por parte de la acusada. Según nuestras
fuentes, no está en el ánimo de los Jueces del Buen Vestir hacer leña del árbol
caído ni se mueven por oscuros objetivos políticos, su único afán es educar y
dar ejemplo, pues los cargos públicos no pueden exhibirse de cualquier manera.
Nosotros nos solidarizamos con Pilar Sánchez
pues creemos en el derecho a lucir el aspecto que cada uno desee, y además, con
tanto usar las palabras “educar” y “aprender” nos tememos que si que puede
haber un tufillo cínico en todo este asunto.
Sr. Martes.
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